El ruido tiene efectos desagradables y nefastos para la salud. Especialmente niveles sonoros monótonos, permanentes, altos o impulsivos pueden conducir a unas condiciones de trabajo inaceptables. Para luchar contra el ruido se tiene que hacer una distinción fundamental entre dos tipos de emisiones sonoras:
A través del aire – se propaga en el espacio y sólo puede ser combatido tras su formación con medios que absorban o rompan el sonido.Estas son generalmente muy voluminosas, en forma de paneles, conos o construcciones geométricas situadas visiblemente dentro del ámbito de propagación de la emisión sonora.
A través de un medio sólido – Se produce primero en el material de la fuente emisora y se propaga finalmente a través del aire. Afortunadamente por ello se puede combatir en su origen con medidas que cambien la resonancia en la fuente de ruido. Esto conduce a una reducción permanente y a una enorme amortiguación de los picos sonoros producidos por choques o impactos. Además los sonidos agudos se reducen y se hacen subjetivamente más agradables.