Condiciones duras, muy duras, durísimas: esto describe con gran exactitud los parámetros de carga de los sistemas de propulsión marinos.

La corrosión sería incluso el menor de los problemas si no se añadiera el impacto de sólidos, erosión y, debido al flujo de agua, cavitación. Una mezcla que suele dejar fuera de juego a los sistemas de protección de superficies conocidos.

MetaLine, con su tecnología basada en la absorción de energía, adopta un enfoque completamente diferente.

Blando, más blando, muy blando: ni pintura, ni cerámica, ni revestimiento de goma, ni refuerzo metálico, sino una mezcla de las propiedades de los cuatro. El resultado es una capa protectora hidrodinámica con una resistencia a la erosión y a cavitación sin precedentes.

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